Bicentenario de la Independencia de Trujillo

«Pueblo mío. Acabamos de proclamar y jurar la independencia de Trujillo. Desde este momento y por la voluntad unánime del pueblo, Trujillo es libre… pongo vuestro destino y el del pueblo bajo la protección del cielo. ¡Viva la patria ¡Viva la independencia!»

Con estas emotivas palabras, José Bernardo de Tagle, intendente de la ciudad de Trujillo, proclamó la independencia de su pueblo. Era el viernes 29 de diciembre de 1820 y así, Trujillo se convirtió en la primera ciudad del Perú en concluir el proceso de independencia para desligarse de la soberanía de la corona española.

El proceso no fue fácil. Hubo que completar una serie de diligencias con el general Don José de San Martín; conseguir apoyo estratégico, económico y político para la ciudad trujillana en plena guerra por la independencia.

«Si no se levanta Trujillo, hubiera tenido que reembarcarme a Chile sin saber cuáles habrían sido las consecuencias para los patriotas y la independencia del Perú»… comentó alguna vez el mismísimo libertador, mostrando su gratitud al concejo de líderes trujillanos. El general argentino brindó todo su apoyo para acelerar los trámites de independización que concluyeron en enero de 1821.

Lejos del sur realista y de las batallas que se libraban en la sierra central, el norte peruano apostó por la libertad entre la Navidad y el Año Nuevo de 1821. Fue, ante todo, un triunfo de la propaganda desplegada por José de San Martín que le permitió ganar aliados entre la élite criolla y noble, así como la consecuencia de dos hechos puntuales:

la independencia de Guayaquil producida el 9 de octubre de 1820, y el asedio que la armada de Lord Cochrane desplegó por toda la costa norte, desde Chancay hasta Paita, lo que evidenció el poder naval de la escuadra patriota y terminó por convencer a muchos de que el proyecto realista había llegado a su fin.

Lo cierto es que el 24 de diciembre se redactó el acta y en la mañana del 29 de diciembre de 1820, el marqués de Torre Tagle presidió el cabildo de notables que proclamó la independencia en la plaza de Trujillo, en el corazón de la vasta intendencia que comprendía las provincias de Lambayeque, Piura, Tumbes, Cajamarca, Huambos, Huamachuco, Pataz, Chachapoyas, Luya, Lamas y Moyobamba. De inmediato, este envío cartas a todas las jurisdicciones bajo su mando —incluso con amenazas de acciones armadas— si no se repetían estas proclamaciones en cada lugar. La independencia de las otras ciudades fue cuestión de días. Piura la proclamó el 4 de enero, Cajamarca el 6, Tumbes el 7, Chachapoyas el 14 y al final del mes la mayoría de partidos de la intendencia ya era libre.

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